Que un bocadillo es algo más que unas lonchas de embutido apretaditas entre dos tapas de pan lo tenemos claro desde hace tiempo, ¿verdad? Entonces no te sonará raro que te proponga algunas recetas crockpoteras como rellenos de bocadillos variados y riquísimos.
Algunos van a tope de salsas, que mojarán el pan y llenarán tu bocata de sabor. Otros llevan carnes asadas cortadas en láminas finas que se pueden complementar con hortalizas asadas o crudas y algunos encurtidos. No llevo ni tres minutos escribiendo y ya tengo la boca hecha agua. ¡Vamos a adentrarnos en este mundo delicioso entre pan y pan!
Los panes para bocadillos
La elección del pan es fundamental para que el bocadillo sea fácil de comer y define el tipo de bocadillos que obtendremos. Para bocadillos tipo sandwich escoge pan de molde –también molde de brioche– de miga firme y con corteza, o pan payés o de hogaza, ambos cortados en rebanadas algo gruesas para que soporten el relleno sin problema.
El pan de hamburguesa o de perrito caliente y los bagels serán la mejor opción para rellenos de cocina internacional como el sloppy Joe, el pulled pork o la cochinita pibil. La barra, la chapata, la baguette y el mollete son ideales para abrir por la mitad y montar bocadillos jugosos llenos de salsa entre las dos tapas de pan. También para las carnes loncheadas o los embutidos confitados.
Cuándo montar los bocadillos
Parece obvio, pero al final, siempre al final. Justo antes de comer para que el pan no termine empapado como un Scotch Brite. Y me dirás que cómo lo haces si te vas de picnic o te llevas bocatas en la mochila para una excursión. Lleva el pan por un lado, cortado en porciones si haces varios bocatas –una larga chapata sobresaliendo de una mochila no es buena idea–, el relleno y los complementos en sendos tápers o envases que no pesen ni abulten, un cuchillo que corte –parece obvio de nuevo, pero he visto cosas que vosotras no creeríais– y monta el bocata cuando pares a comer. Me lo vas a agradecer, lo sé.
Complementos para tus bocadillos
Un buen bocata lleva algunos complementos –o toppings, como les llaman los influencers–. Pueden ser lechuga, cebolla cruda o pochada, aguacate triturado o en rodajas, pepinillos, bacón tostado o todo aquello que aporte cremosidad cuando hace falta, o un toque crujiente para evitar el aburrimiento. Ya sabes por dónde voy, ¿verdad? Pero con sentido y sin apabullar, no se trata de poner por poner o que tu bocadillo parezca obra de Arcimboldo.
Frescos
Lechuga. La lechuga iceberg tiene un club de haters muy bien organizado, pero si quieres poner una lechuga firme y crocante, es una buena opción. Para conseguir un efecto parecido con cualquier otra lechuga, lávala, saca las hojas, sumérgelas en agua y ponlas durante unas horas en el frigorífico.
No pierdas de vista las hojas de los cogollos de lechuga. Son firmes, carnosos y sabrosos. Pon rodajas de tomate maduro o entreverado, como más te guste. Que no sean como ruedas de camión ni tan finas como obleas, que se note que muerdes tomate fresco. Otras opciones frescas son el apio crudo, los espárragos en conserva bien escurridos, rodajas de pepino y pimientos asados. Sin olvidar las piparras o guindillas encurtidas, que no solo van a servir para hacer gildas.
Crujientes
Cebolla frita. De la que se compra, esa que es crujiente, de color tostado y que huele a cebolla requeteconcentrada. Sin abusar. Patatas fritas. Sí, has leído bien, pruébalo. A mí me llegó lo de las patatas fritas en sandwiches a través de Anna Mayer que me hablo del sandwich de atún de Kenji López Alt. Tiene su aporte de sabor y un puntazo de crujiente. Ponlas justo antes de servir el bocadillo.
Crocantes
Encontrar un poco de resistencia al mordisco es muy interesante. Que se lo pregunten a los pepinillos, que llevan toda una vida saltando de una hamburguesa a otra. Además de sus majestades los pepinillos, crocan que dan gusto las rodajas de pepino y apio, el repollo y la lombarda cortados en láminas muy finas, las nueces troceadas o la cebolla cruda cortada en rodajas.
Cremosos
Sabor y, sobre todo, gustito para la lengua. Por algo el aguacate reina en el terreno bocatil últimamente, más allá de su fotogenia pija. Úsalo cuando esté tierno, córtalo en rodajas o tritúralo con el tenedor. Además del Rey Verde, obtendremos cremosidad con el queso crema, el queso brie, la mantequilla de almendra o cacahuete –mejor si es 100% fruto seco–, el huevo cocido hecho en 12 minutos sin un hervido fuerte, pelado y espachurrado con las manos (sí, ni toques el cuchillo), y la salsa de tomate, cocinada en casa muy reducida para poner en el fondo de la hamburguesa o el bocata. Muy concentrada, como una pomada.
Umami. Sabor contagioso
Piensa en lonchas, rodajas o filetes de sabor profundo que redondeen tu bocadillo cuando el contenido no va sobrado de sabrosura. Bombas de sabor como las tiras de bacón o jamón curado a la plancha o pasado unos segundos por el microondas. Anchoas en conserva, lascas de queso curado, trozos de queso azul, cebolla pochada y cebolla caramelizada.
Algo para untar
No pierdas de vista estas recetas que son complementos deliciosos para untar la base de tu pan. La mermelada de bacón es una frikada de mucho cuidado con mucho sabor. Los mezze árabes nos prestan la muhammara, el baba ganoush y el hummus. Estas dos pastas de untar también pueden dar mucha alegría a tus sandwichs: paté de alcachofas y menta y paté de higaditos de pollo.
Salsas
Una buena salsa chorreando y manchándote los dedos puede resultar incómoda al principio, pero al final te hace perder la vergüenza y acabas disfrutando como un bebé. En mi lista: salsa de ajos asados, mostaza, mahonesa, mahonesa japonesa, chutneys, salsa valentina o sriracha –a poquitos–, salsa all i oli, salsa barbacoa, Branston Pickle original y salsa piccalilli.
Bocadillos con salsa
Los guisos con salsa y mojo son un buen relleno para montar bocadillos en un pan que tenga una corteza firme. La chapata aquí es imbatible, también el mollete o los bollos de pan individual. Rellénalos con albóndigas, bonito con tomate, costillas barbacoa deshuesadas, ragú napolitano, bolognesa o berenjenas a la parmesana. Una buena idea para que el pan aguante sin romperse es poner una hoja de lechuga fina –no iceberg– en la base del pan y luego el guisote.
Algo fresco
En slow cooker podemos cocinar rellenos frescos para bocadillos deliciosos, como el asadillo manchego combinado con conservas de pescado, lomo adobado o escabeches; el bonito fresco confitado acompañado con mayonesa y complementos frescos; delicias marineras como los mejillones en escabeche o las sardinas con tapenade.
Bocadillos con clásicos modernos
Han llegado hace poco a los recetarios españoles pero parece que les hemos abierto las puertas con ganas y alegría. Son elaboraciones húmedas llena de sabor que han nacido para ser carne de bocadillo. El pulled pork y el pulled pork hoisin, la cochinita pibil y el pollo pibil, y el sloppy Joe te harán desear que tu bocata no se acabe jamás.
Carne carne carne
Hay una buena lista de carnes asadas y confitadas con las que rellenar nuestros bocatas. De ternera: corned beef, roast beef y vitello tonnato. Este último se puede hacer con o sin la salsa, tratado como una carne asada y fileteada. De ave: fiambre de pechuga de pavo y pechugas de pollo en escabeche. De cerdo: salchichas confitadas o un bocadillo contundente de chorizo o lomo de orza.
¡Buen apetito!
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