Metida de lleno en la campaña de caldos y sopas de este frío invierno, tengo tan interiorizada la cosa de filtrar, enfriar y desgrasar que podría hacerlo con los ojos cerrados. Bueno, casi. Bueno, mejor no, siempre es preferible trabajar con los ojos abiertos y sabiendo qué utensilios utilizar.
A la hora de colar los caldos he probado varios métodos con distintos resultados: una estameña o un paño de hilo, un filtro de café de papel desechable, un colador de tela y un filtro de café rígido permanente. Después de un tiempo probando unos y otros, por fin he dado con uno que lo tiene todo: el filtro de café rígido permanente.
Ese cono de plástico o metal que se coloca en las cafeteras de filtro hace maravillas cuando se pone a colar nuestros caldos. Está pensado para filtrar café molido, lo cual ya nos da una buena idea de lo fina que es su trama y lo que va a hacer con las cascarrias que nadan en el caldo tras tantas horas de cocción.
De entre todas las maneras de colar un caldo en casa, el filtro de café rígido permanente es el que gana por goleada a los demás, por eficacia, higiene y durabilidad.
Estameña
Una estameña es un paño de tejido, generalmente de algodón, que se utiliza para colar caldos y fondos. Se utiliza en cocina profesional, donde da grandes resultados, pero para la dinámica doméstica puede resultar poco higénico y demasiado lento. Para fijarlo es conveniente complementarlo con un colador que le dé cuerpo y sostén mientras el caldo se va decantando. Es necesario un lavado exhaustivo a máquina (sin aditivos ni suavizantes) tras cada uso.
Filtro de café de papel desechable
Sobre el papel parece una buena opción, pero en la práctica es la peor de todas. Tarda mucho tiempo en filtrar el caldo y resulta muy frágil: termina rompiéndose y dejando pasar todas las impurezas en una riada caldífera sin par.
Colador de tela
Los resultados son similares a la estameña, con la ventaja de que tiene el soporte incorporado y se puede fijar a un recipiente gracias al pico que suele tener en un extremo. Pero también resulta muy lento y difícil de limpiar. Tras un tiempo de uso los resíduos se acumulan en el tejido a pesar de procurarle una limpieza a fondo.
Filtro de café rígido permanente
Está hecho con una rejilla o malla de trama muy fina (plástica o de metal) que deja salir el líquido con rapidez pero retiene las impurezas con eficacia. Se puede lavar en el lavavajillas y es la opción más higiénica y duradera: al no utilizar tejido, los resíduos no se acumulan en su trama y el caldo queda preparado para poder separar la grasa si se desea.
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