Hay pocos ingredientes que se resistan a la cocción lenta, y los huevos no son una excepción. Muchas veces son parte de masas –como los bizcochos, que casi siempre llevan huevo entre sus ingredientes–, se utilizan como elemento indispensable para cuajar elaboraciones o se cocinan en minicocottes. Hoy recopilo diez recetas en las que el huevo tiene mucha importancia, como ingrediente principal o secundario. Tienes mucho donde escoger, dulce o salado, pero siempre delicioso.
Huevos. Diez recetas para slow cooker
Huevos en cocotte. Un clásico de la cocina francesa que admite tantas combinaciones como caprichos tenga tu paladar o restos de embutidos, carnes, pescados o verduras haya en tu frigorífico. A partir de esta receta base, todo es imaginar y hacer cambios.
Tortilla de patatas. No, no cuajamos los huevos en el slow cooker, hacemos la tortilla de manera tradicional, pero dejamos que las patatas se confiten lentamente en olla lenta sin prestarles atención. Para gente muy ocupada que no perdona una tortilla.
Flan de huevo. El slow cooker nos devuelve la cocina más tradicional y nos aleja de los preparados industriales. Vuelve a sentir el verdadero sabor del flan de huevo de toda la vida con esta receta.
Pudin de pan perdido. Los huevos tienen el poder de unir líquidos y sólidos para obtener preparaciones deliciosas. Si este pudin fuera una obra de albañilería, los huevos serían el cemento. Pero qué cemento tan rico, señoras y señores...
Huevos en cocotte con foie gras. La versión más lujosa de los huevos en cocotte, que lucirá en tus mesas de fiesta y Navidad sin dejarte un ojo de la cara por el camino.
Quiche lorraine. El huevo y el bacon hacen una pareja perfecta que puede y debe presumir de un sabor peculiar que estimula el apetito. Una preparación perfecta para cenas y comidas informales.
Tarta pasqualina. Volvemos a usar los huevos para cuajar una tarta salada, esta vez italiana y típica de Semana Santa. Si te gustan las espinacas, dale al click y haz una lista de ingredientes para hacerla ya.
Zarangollo murciano. Este zarangollo se remata con varios huevos batidos para que cuajen una vez cocinados con el calabacín y la cebolla. Un plato verdulero fácil de hacer y muy rico.
Quiche de verduras. Que no se diga que en Crockpotting no recomendamos cocinar verduras. Con las de temporada que encuentres en el mercado, o con las que se queden tristes y solas en tu nevera, puedes montar un pastel salado de campeonato.
Quiche de aprovechamiento. Si te han sobrado restos de pollo asado u otra ave, dales una segunda vida convirtiéndolos en el relleno de una quiche para cenar, comer o llevar de picnic. ¡Repetirás!
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