Ingresar en la Orden del Santo Slow Cooker tiene aparejado un alto riesgo de terminar haciendo litros y litros de caldo en casa. Un riesgo delicioso y deseable, que como los caldos hechos por uno mismo no hay nada, con sus largas horas de cocción, sus huesitos, sus verduras y sus carnes de verdad. Es una gozada ver llegar el otoño –o estar metidos de lleno en el invierno– y tener en el frigo tus tápers con el caldito listo para hacer sopas y calentar el buche.
Una de las mayores preocupaciones de los caldistas acérrimos es separar adecuadamente la grasa del caldo o consomé para poder eliminarla. Un buen remedio es dejar enfriar el caldo y, una vez solidificada la capa de grasa, retirarla como si de una alcantarilla se tratara. Pero si somos impacientes y no queremos esperar más, hay una solución muy bien pensada que en poco tiempo nos purifica varios litros de caldo de un plumazo: adiós grasa, hola jarra desgrasadora.
Como ya sabes, el agua y el aceite no se pueden mezclar. El aceite pesa menos que el agua, tiene una densidad menor y cuando se mezcla con un líquido más denso, la fuerza de la gravedad hace que quede por encima. ¿No te suena esa coletilla de "fulanito siempre quiere quedar por encima, como el aceite"? Pues eso. Aprovechando estas cosas de la física, a alguna mente maravillosa se le ocurrió inventar una jarra que separara la grasa y el caldo.
Hay dos modelos, y en ambos hay que verter el caldo recién hecho, esperar unos minutos hasta que los líquidos se asienten –verás una capa aceitosa arriba y el caldo abajo– y verter el líquido en un recipiente hasta que aparezca la grasa, momento en que hay que parar y desecharla. En el siguiente vídeo puedes ver cómo funciona y así te harás una idea más clara de cómo hace su magia.
Esta jarra desgrasadora de OXO Good Grip es la que tengo yo. Lo compré después de que se me rompiera mi primera jarra, un modelo de cristal muy frágil y bastante pequeño. Por eso escogí uno de un litro de capacidad y de un material más resistente. Tiene un colador que puede resultar práctico para un primer filtrado y un tapón que permite que en el pico de la jarra no haya rastro de grasa. Es una jarra desgrasadora muy completa, resistente y sólida, que además te servirá para medir la cantidad de caldo que trasvasas.
Cuando la utilices un par de veces te preguntarás por qué no has tenido antes una jarra como esta y por qué nadie te había hablado hasta ahora de ella. Se acabó eso de esperar a que los caldos se enfríen para poder retirar la grasa o meterte entre pecho y espalda grasorras no deseadas. Como decía aquel famoso anuncio de estropajos de los años 80, "yo no puedo estar sin él".
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