Te toca organizar la cuchipanda de Navidad, Nochevieja, Nochebuena o Año Nuevo y sabes que no vas a tener tiempo de llegar del trabajo y ponerte a cocinar. Al menos, si quieres llevar algo decente a la mesa, llegar en buen estado de revista –sin parecer un muerto viviente– y que tus invitados queden contentos y podáis cantar villancicos en paz y armonía.
Te gustaría tenerlo todo preparado con antelación y no tener que encender ni el horno ni siquiera un fuego. ¿Te parece un sueño imposible? No lo es. Desde hace algunos años, en mi casa en la cena de Nochevieja he servido menús tan ricos como fríos; y puedo decir que han sido un éxito: he podido disfrutar de la cena y de la compañía sin estar agotada ni oler a la cocina de un asador. Hasta me ha dado tiempo a peinarme y ponerme elegante. Y mis invitados han quedado tan satisfechos que han repetido, el mejor indicador de que la cosa ha ido bien.
Por eso, si no tienes tiempo de encender el fuego el día de la celebración, te propongo varias recetas para que puedas diseñar un menú frío que podrás preparar con tus slow cookers con suficiente antelación. Para ello es importante que planifiques tus cocciones la semana previa y que conserves la comida en el frigorífico bien envasada, tanto en tápers de vidrio con tapa hermética como envasándola al vacío, según tus posibilidades.
Entrantes para un menú frío de Navidad
El baba ganoush, el hummus y la muhammara son tres mezze que siempre animan la mesa: se comen con panes planos (que puedes cortar en trocitos para que sean más cómodo de porcionar) o con tostadas finas de pan. Puedes elegir una sola crema o cocinar las tres y ofrecerlas juntas, así no necesitarás mucho más en tu mesa para comenzar la comida.
Se pueden hacer con hasta 4 días de antelación. Cuando llegue el momento de servirlas, sácalas un par de horas antes del frigorífico para que se templen y remuévelas con una cucharilla para que queden bien regeneradas. Sirve con un hilo de aceite de oliva virgen extra, un poco de crema agria encima y ¡chimpún! No olvides otro untable vegetal parecido al baba ganoush: el caviar de berenjena, ¡está riquísimo!
Una terrina siempre queda muy Preysler en una mesa de Navidad. Puedes hacer unos rillettes de cerdo, rillettes de pato, una terrina de conejo a la pimienta o un paté de campagne. Todos aguantan una semana en el frigorífico bien cubiertos con una capa de grasa, con tapa hermética o envueltos con film plástico. Sácalos 4 horas antes para que se templen y se puedan untar bien, y acompáñalos de mermelada de higos o chutney de uvas (que también puedes tener hechos con mucha antelación). El paté de higaditos de pollo es apto para los bolsillos más delicados y no tiene nada que envidiar a todos los demás.
Si quieres hacer unos entrantes salados para picar en pequeñas porciones, no pierdas de vista el bizcocho salado de brie, bacon y aceitunas, que puedes hacer un día antes y cortar en pequeñas porciones. Con un poco de suerte te sobrará un poco y podrás comer de sobras al día siguiente, el colmo del dolce far niente navideño.
Unos vasitos con chupito de vichyssoise, unas cestitas de ensaladilla rusa, unas finas láminas de lomo de orza con sal maldon y un hilo de aceite de oliva, o unos mejillones en escabeche son otras opciones frías que te darán la vida. Si haces la ensaladilla, cocina las hortalizas el día antes, guárdalas cortadas y en frío, y no las mezcles con la mahonesa hasta el momento de servir.
Primeros platos para un menú frío de Navidad
Fríos y ligeros, así son los entrantes que te propongo para tus menús navideños. Con los tomates cherry confitados puedes componer una miniensalada caprese tan solo presentándolos con unas bolitas de mozzarella, unas hojas de albahaca y aliñados con el aceite del confitado. Prepáralos hasta 5 días antes y guárdalos en el frigo en un bote hermético y bien cubiertos de aceite. Las verduras en escabeche las puedes preparar hasta una semana –puede que más– antes de la comida y servirlas en ensalada, solas o acompañadas de una buena ventresca de bonito en conserva.
A estas alturas, tus sospechas de que los escabeches son un gran aliado para las comidas navideñas frías preparadas con antelación están muy bien fundadas. Las setas en escabeche, además de aprovechar un producto en plena temporada, serán un estupendo primer plato de los que se recuerdan. Hazlas una semana antes, cuando la Navidad todavía parece un horizonte lejano y conserva en frío, completamente cubiertas de líquido y en un recipiente bien tapado.
Otro recurso que funciona muy bien es el pastel de pescado. Lo puedes cocinar con cualquier pescado blanco el día anterior y servirlo frío acompañado de una mahonesa normal o aromatizada con wasabi, curry u otras especias. Algo más elaborado y con un aspecto inmejorable, este pastel de dorada y vieiras quedará de lo más pintón en tu mesa. Y si quieres que tu entrante esté hecho a base de verduras, este pastel de puerros te irá como anillo al dedo; es rico, económico y muy muy aparente.
Segundos platos para un menú frío de Navidad
Las carnes frías deparan muy buenas sorpresas en el plato. Delante de una buena receta, nadie echará en falta que el segundo plato queme como un demonio. Buena muestra son el roast beef, el corned beef, el pollo extratierno –servidos como un fiambre, trinchados, fileteados y con guarnición de ensalada, chutney de plátano o compota de manzana–, o el vitello tonnato y las codornices en escabeche.
Postres para un menú frío de Navidad
Además de toda una lista de turrones, te propongo estos postres, que podrás preparar con antelación y no tendrás más que llevar a la mesa emplatados para terminar tu gran menú frío con toda la gloria que mereces: panforte de Siena, tocino de cielo, compota de Navidad –servida sola o con crema inglesa– natillas de turrón, peras al vino, salchichón de chocolate, intxaursalsa y sopa de almendras.
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