Siempre he pensado que todo sería más sencillo para la comunidad de crockys que cocinamos con slow cooker si solo hubiera un modelo de olla de cocción lenta. Si fuéramos tan afortunados como los thermomiseros, que no se tienen que preocupar por si su máquina calienta más que la otra o pica más despacio. Pero la realidad es que hay muchas marcas de slow cookers en el mercado y cada una de ellas tiene varios modelos con distintas capacidades y potencias.
En ese panorama, nos encontramos con que a veces hay que ajustar los tiempos de las recetas al alza o a la baja y este puede ser un motivo de insatisfacción. Que lo que Juan ha hecho en tres horas, Maria Dolores lo hace en cinco y dice Luis Alberto que él lo borda en cuatro. ¿Te suena?
Respondiendo a la pregunta que titula este artículo: no, tu slow cooker no es como todos los demás. Tiene sus cosas, sus caprichos individuales y su vatios escondidos en la carcasa. Está pidiendo a gritos que le des tiempo y lo conozcas, porque, una vez que eso suceda, será tu mejor compañero en la cocina.
Los slow cookers son aparatos muy sencillos: tan solo una carcasa eléctrica, un recipiente y una tapa. Pueden ser manuales o digitales, y hasta ahí la principal diferencia. Lo que los diferencia entre sí es la potencia que tiene cada uno, que, unida a su tamaño, da origen a una oscilación en tiempos de cocinado entre modelos que puede ser leve o severa.
Si revisamos las ollas de cocción lenta que aparecen en la tienda de esta web, ordenadas para poder compararlas entre sí, veremos que hay un baile de potencias y tamaños considerable. La regla general debe ser: a más tamaño, mayor potencia en vatios. Según esta norma, todo debería ir bien, pero a pesar de ello nos encontramos con modelos concretos de slow cookers que son auténticas tortugas mientras otros parecen el garito preferido de Lucifer. Puedes hacerte una idea de ello simplemente observando la relación capacidad/vatios y comparándola con la de otros slow cookers similares.
Pero lo que en un principio puede resultar confuso y desesperante se soluciona con un período de rodaje y observación. Al estrenar olla de cocción lenta, mi consejo siempre es tener paciencia y observar los tiempos en comparación con las recetas propuestas por webs o comunidades crockpoteras. Si hay una gran diferencia con estas recetas, haz una lista de los tiempos que necesita tu nueva Crock Pot para conseguir el mismo resultado y establece el porcentaje de tiempo que deberás añadir cuando cocines con ella.
Haz esas comprobaciones con recetas cocinadas en ALTA y en BAJA, para conocer tu slow cooker y poder sacarle el máximo partido. Puede que caliente con más brío que la media o sea un 20% más lenta. Con la práctica, tendrás el asunto dominado y no será una dificultad. Incluso si tienes más de un slow cooker en casa, conocerás a cada uno como se conoce a un hijo.
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