Un año más, estamos a pocas semanas del gran banquetazo navideño y necesitamos ideas para lucirnos en la mesa sin morir en el intento. Y cuando digo morir, sé que sabes a qué me refiero: ni dejarse un riñón en el mercado, ni pasar horas y horas en la cocina, ni llegar a la cena de Nochebuena como si necesitaras a gritos una sesión de spa, chapa y pintura. En esto, tu slow cooker te ayuda siempre, dejando para él el trabajo sucio –guisar mientras haces otras cosas– y ofreciéndote platos ricos y exitosos. Hoy vamos con los primeros platos para Navidad, esos entrantes con los que se inician las conversaciones y la celebración va entrando en calor.
Ensaladas
Sí, ensaladas en pleno invierno, ¿por qué no? Muchas de las ensaladas que hacemos normalmente pueden servir para las celebraciones de Navidad si las presentamos de una manera más cuidada o añadimos algún ingrediente un poco más historiado. Entre las opciones a tiro fijo que hay en Crockpotting, puedes dar juego a la ensalada de patatas y ahumados, las verduras en escabeche, que son una delicia que gana con la antelación, o la de pimientos rojos y ventresca, utilizando una buena conserva.
También puedes confitar unos tomates cherry con unos días de antelación y servirlos con hojas de albahaca, rúcola, bolitas de queso –mozzarella o feta, por ejemplo– y aliñarlos con el aceite del confitado. Saliendo del confortable terreno crockpotero, los champiñones laminados en crudo nos dan muy buenos momentos, o puedes sorprender con una ensalada de verduras asadas y pan que encantará a tus invitados vegetarianos.
Sin dar muchas vueltas a la cabeza, puedes servir una mezcla de brotes verdes en pequeños boles individuales con cangrejo, txangurro o buey de mar cocidos y desmigados. Si la acompañas de una vinagreta equilibrada añadida al servir y finas rodajas de cebolla roja macerada en cítricos, tendrás un primer plato ligero y facilongo con el que empezar la manduca.
Sopas y cremas
Sobre recetas de sopas y cremas para Navidad tienes mucha información en este enlace: hablamos de consomés, de caldos con los que montar sopas estupendas y de esas sopas clásicas que visten tu mesa de tropezones y sustancia. El consomé, la sopa minestrone, la de galets, la de cebolla y la sopa de pescado son mis favoritas para dar protagonismo a la cuchara en las cenas navideñas.
Las cremas también dan juego en estos días, tanto frías como calientes. La vichyssoise crockpotera, el ajoblanco malagueño o una sopa fría de coco, lima y pollo crujiente –puedes eliminar el pollo si el menú completo es muy pesado– son buenos recursos como primer plato friolero. La crema de calabaza asada, chirivía y naranja hecha en slow cooker es una delicia, y puedes cocinar también una crema de jamón o atreverte con la crema de zanahorias caramelizada de Umami Madrid, una maravilla mágica cocinada en olla rápida.
Verduras y hongos
En mi casa las verduras son muy bien recibidas, también en Navidad. Durante años, el cardo cocinado al estilo navarro fue el primer plato el día de Año Nuevo, cuando cocinaba mi madre; por eso las verduras me traen tan buenos recuerdos cuando se juntan con el espumillón. Los puerros confitados y las alcachofas confitadas pueden hacer un estupendo primer plato ligero que dejará sitio para los contundentes segundos.
Añade unas lascas de jamón o de queso parmigiano o Idiazabal, o corta tiras finas de jamón serrano y pásalas unos segundos por el microondas hasta que queden cocinadas; puedes colocarlas encima de las verduras o hacer un polvo con el jamón ya frío y endurecido y espolvorearlo.
La menestra de verduras es un platazo que se puede hacer con un poco de antelación. Cocina las verduras el día antes, conserva en frío y da el toque final unas horas antes de la cuchipanda. Calienta muy suavemente para que no se queme, con tiempo y previsión todo es más fácil. La lombarda con manzana es un clásico en muchas mesas de Navidad, y puedes cocinarla en slow cooker para un regimiento.
Sí, el encabezado habla de hongos y hasta ahora solo he hablado de verduras. Estaba dejando estas setas en escabeche –un auténtico manjar– para el final. Aprovecha que la Navidad y la temporada de setas coinciden en el tiempo y cocina este plato al menos una semana antes. Haz de más, que siempre hay alguien que quiere repetir.
Pasteles salados
Los pasteles salados son un estupendo comodín para no gastar en exceso, utilizando productos comunes que se visten de fiesta; incluso puedes aprovechar algunos restos de pescados de anteriores banquetes, congelarlos y utilizarlos para apañar un primer plato. La terrina de salmón y patata se hace con dos ingredientes humildes que puedes encontrar en cualquier sitio, igual que el pastel de pescado, una receta de aprovechamiento a la que puedes añadir gambas o langostinos enteros.
Puedes enriquecer la receta base de quiche lorraine cambiando ingredientes y añadiendo, por ejemplo, hongos confitados en conserva. ¿Te has dado cuenta cómo cambia la cara de tus invitados cuando les sirves un pastel salado? ¡Feliz Navidad!
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