Cada día que pasa queda menos para las cuchipandas navideñas. Faltan menos de dos semanas, pero al final se te echan encima las fechas y, si no te planificas bien, te puede pillar el carrito del helao. Para que eso no pase, llevamos días pasando lista y recogiendo ideas de sopas y caldos y primeros platos para cocinar en Navidad.
Hoy les toca a los segundos platos, las joyitas de la corona de las celebraciones; esos platos principales que son objeto de nuestros desvelos y en los que pensamos mientras paseamos entre la carnicería y la pescadería. ¡Allá vamos!
Carnes
En los últimos años, la tendencia de cocinar menús menos clásicos en Navidad está empezando a tomar terreno. No se trata de alejarse tanto de la tradición como para acabar cenando sushi antes de las uvas –pero quizá algún año toque, ¿por qué no?– sino de incluir en el recetario platos sabrosos, vistosos y con mucho rollo, que no son el típico capón relleno.
Nunca dejaremos de recomendar y poner en nuestra mesa platos como el cordero asado, la paletilla de cordero confitada con limón y miel, o el roast beef, pero ampliamos la lista de carnes rojas con propuestas como el vitello tonnato –excelente para cenas frías–, la blanqueta de ternera o el boeuf bourguignon, recetas de cocina internacional que pueden encajar perfectamente en una mesa de Nochebuena. Al fin y al cabo, si tenemos buen género y una salsa que honrar, ¿de qué nos vamos a quejar?
Y con salsas molonas se nos presentan las carrilleras al Oporto, las carrilleras al vino tinto, el rabo de ternera al chocolate y el ossobuco a la milanesa. Todas ellas se pueden hacer con antelación para no desfallecer en la fecha señalada, pero recuerda que es necesario aplicar un recalentamiento suave que respete tanto las carnes como las salsas.
Aves
Durante muchos años, en mi casa se ha comido un segundo plato a base de aves en Nochebuena o Nochevieja; ni que decir que son mi elección preferida y, entre todos ellos, el pollo relleno –que también puedes hacer con pularda o capón– es el que se lleva más puntos. Es una opción económica que estira un pollo de dos kilos para poder sacar hasta diez raciones generosas. La clave está en el relleno, que puedes hacer con ingredientes humildes o darle un poco más de fuste.
Otra receta humilde en coste pero muy poco modesta en sabor, es el pollo con orejones, ciruelas y dátiles, un plato que se cocina con su propia guarnición y que, sin quererlo, resulta muy navideña gracias a las frutas secas. El pollo asado de toda la vida –con unas guarniciones variadas de vegetales, tubérculos u hongos– con una salsa gravy que le dé empaque, el pavo entero asado o el pavo low cost –a base de patas y alas– son tres estupendas opciones de asados para estas fiestas. Y para los mantes de los platos afrancesados, la blanqueta de pularda al riesling es una opción riquísima.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid –o que la temporada de setas cae en plena Navidad– puedes rematar una buena jugada cocinando aves de pequeño tamaño con setas: esta receta de codornices estofadas con níscalos es una buena base para inspirarse.
Pescados
Si el pescado siempre es tu primera opción a la hora de diseñar tu menú para Nochebuena o Nochevieja, puedes lucirte con una receta facilísima hecha con un producto que está disponible durante todo el año y que no es fresco; ¿adivinas? Sí, es el bacalao en salazón. Es necesario no escatimar y comprar unos buenos lomos de bacalao –¡que es Navidad!– y aplicarle un desalado adecuado. Lo demás queda de la mano de tu slow cooker, que se encargará de confitarlo suavemente y te dejará unos jugos con los que harás la salsa de este bacalao confitado para chuparse los dedos.
Si sois pocos y quieres cocinar una dorada en tu slow cooker, puedes hacerla a la sal. Pide en la pescadería que te la preparen para hacer a la sal; esto es importante porque, si la abren, la sal penetrará y el pescado absorberá más sal de la debida. Esta receta se aplica también a otros peces de iguales características, como la lubina. Lo importante es que quepan en tu slow cooker y que queden bien cubiertos de sal para hornear.
Cocinar de víspera una caldereta de pescado y marisco, mantenerla en frío y darle un toque suave para que tome temperatura mientras te atusas la corbata o te pones los pendientes, no tiene precio. Además, puedes hacer caldereta para un regimiento si tienes un slow cooker de los grandes.
Si me sigues hacer tiempo, sabrás que pienso que no todo se tiene que hacer en crock pot, por eso te propongo otras recetas de pescado que puedes hacer en horno o en cazuela: prueba con unas almejas en salsa verde, un rape en salsa de almendras o una merluza rellena de txangurro.
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