En Navidad, las sopas y caldos también están presentes en nuestras mesas. Los platos se llenan con sopas con más enjundia que las de diario, con sabores potentes e ingredientes no tan corrientes. Esto no quiere decir que tengas que dejarte el monedero pelado: también puedes hacer sopas muy sabrosas con productos humildes. El pescado y el marisco están muy presentes en sopas y bisquets, pero las carnes, e incluso los vegetales, pueden darnos grandes alegrías en un primer plato de cuchara; fino, pero de cuchara, ¿por qué no?
Sopa de pescado y fumet
La sopa de pescado es un clásico de estas fiestas: cada casa tiene su receta y en Crockpotting te propongo la mía. Lo importante es que consigas un buen fumet de pescado, que también puedes hacer en tu slow cooker con antelación y dejarlo congelado para no acumular trabajo antes de la celebración.
Si habitualmente trabajas con pescado en casa, no será complicado ir acumulando restos como cabezas y espinas en una bolsa en el congelador: de esta manera tendrás el mejor material para tu caldo, prácticamente a coste cero.
También puedes hacer un fumet con galeras, pescados de descarte o morralla: son baratos y el sabor que se obtiene con ellos es insuperable. No tires las carcasas de mariscos como langostinos, cigalas o gambas que hayas retirado en crudo, ahí tienes sabores potentes que te ayudarán a la hora de hacer un caldo de pescado, una sopa o un bisqué; ¡al congelador!
Si quieres ahorrar un poco, puedes adelantarte a la temporada, comprar los pescados para tu sopa y congelarlos ya troceados. Mariscos como langostinos y gambas también admiten el congelado, igual que los mejillones. Tómate el trabajo previo de trocear, limpiar y congelar en bolsas porcionadas y sólo tendrás que sacar una bolsa del congelador, descongelarla durante 24 horas en el frigo y ya podrás utilizarla.
Sopas y caldos de carne y ave
Los caldos de carne y aves te dan muchas posibilidades para hacer un entrante de cuchara para tus comidas y cenas de Navidad. Con un consomé, un caldo de gallina, el caldo blanco o el caldo de jamón, variando los tropezones, puedes hacer sopas distintas con un denominador común: el sabor y la profundidad de la base.
¿Qué podemos poner a un caldo para hacer una sopa de Navidad? Carne tierna de ave troceada, cocinada especialmente para acompañar el caldo. Debe tener una cocción controlada para que quede tierna y no reseca. Podría valer con cocinar unas pechugas de pollo en slow cooker durante 1 hora en ALTA y trocearlas una vez templadas. Ten en cuenta que el caldo tendrá una temperatura alta que puede resecar la carne; por eso, añádela en el último momento, lo justo para que se caliente.
Pequeñas albóndigas, pelotas de carne o raviolis cocinados en el caldo. Pasta de formas especiales o los tradicionales galets de San Esteban. Si eres cocinillas nivel pro, puedes hacer unos pequeños profiteroles rellenos de foie gras. Además de los caldos ya citados, te recuerdo otras recetas de caldos que hay en Crockpotting:
- Una opción económica hecha con huesos de pollo de aprovechamiento.
- Consomé de huesos de ternera.
- Caldo de pollo, hecho con carcasas de pollo de corral.
Sopas y caldo de verduras
Vegetarianos, veganos y todos aquellos a los que nos gustan especialmente las verduras, disfrutaremos con un buen caldo concentrado de verduras que no tiene mucho que envidiar a los de carne. El que te propongo, el caldo de verduras de Crockpotting, lleva una gran cantidad de verduras y hortalizas que, unidas a un tiempo largo de cocción y un control del líquido añadido, dan como resultado un sabor potente.
¿Qué podemos poner a este consomé vegetal para vestirlo de Navidad? Verduras cocidas al vapor cortadas en daditos o juliana, trozos de tofu suave, pequeñas albóndigas vegetales añadidas en el último momento o raviolis vegetales.
El caldo de cebolla ha dado muy buenos momentos en casa y es perfecto para hacer un consomé vegetariano con champiñones laminados, pequeñas setas salteadas, o como base de una sopa de cebolla de lujo.
La sopa minestrone no es vegetariana –aunque se puede convertir eliminando o cambiando los ingredientes de origen animal– pero está hecha a base de vegetales y legumbre combinados con otros ingredientes. Una versión más caldosa, con menos verduras, y algún detalle delicado, puede ir perfectamente como primer plato para Navidad o Año Nuevo.
Ahora que ya has visto todas estas opciones, seguro que te está apeteciendo un plato caliente de cuchara esta Navidad: sólo te queda escoger el que más te guste, ¡a por él!
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