Elimina los restos de plumas de las alitas con ayuda de un soplete. Elimina la punta cada alita y trocéalas en dos separándolas por la unión del hueso.

Salpimienta las alitas y colócalas en una bolsa de zip. Añade un par de cucharadas de yogur, suero de yogur o buttermilk, cierra la bolsa eliminando la mayor parte de aire que sea posible. Deja reposar las alitas durante una noche o unas 8 horas en el frigorífico.

Saca las alitas de la bolsa, desecha el líquido que puedan llevar, deja que se escurran y sécalas con papel de cocina.

Prepara la salsa: derrite la mantequilla en un cazo al fuego, añade la salsa picante, las gotas de salsa Worcestershire, el ajo triturado y el espesante. Remueve hasta mezclar por completo y cocina a fuego medio entre 5 y 10 minutos o hasta que esté algo espesa.

Coloca las alitas en el slow cooker solapadas unas con otras para que se hagan por igual.

Pincela las alitas con un tercio de la salsa y reserva el resto.

Cocina durante 3 horas en ALTA.

Sirve las alitas calientes cubiertas con el resto de la salsa.

Si lo deseas, puedes dar el acabado a las alitas en el horno. Precalienta el grill del horno. Saca las alitas del slow cooker y colócalas en una bandeja para horno. Gratina durante unos minutos hasta que la piel de las alitas estén doradas. Cubre con la salsa caliente.