Pide en la carnicería que te separen la carne del hueso y que troceen la carne para caldereta. Reserva el hueso para dar sustancia al guiso. Salpimienta la carne y reserva.
Fríe el pan por los dos lados en una sartén con aceite de oliva hasta que quede dorado. Reserva.
Pela las patatas, lávalas y córtalas en trozos haciendo un corte incompleto con el cuchillo y chascando el resto. Coloca las patatas en el fondo del slow cooker.
Corta los pimientos en tiras finas, pica la cebolla y el apio en trozos muy pequeños, y la zanahoria y el puerro en rodajas.
Saltea las verduras en una sartén con aceite de oliva durante unos minutos, añade un poco de sal y viértelas en una capa sobre las patatas. Coloca la rebanada de pan frito encima.
Pela los ajos y fríelos un poco en una sartén. Incorpora la carne y el hueso y deja que cambie de color por todos los lados. Baña la carne con el vino tinto y deja que reduzca durante unos minutos.
Vierte el contenido de la sartén con la carne y el hueso en el slow cooker, añade la rama de tomillo y cubre con agua medio dedo por encima de la carne.
Cocina durante 4 horas en ALTA.
Elimina el hueso del guiso, rectifica de sal y pimienta y deja repose durante un mínimo de una hora antes de servir.
Recomendaciones
La elección de las patatas es la clave para que la caldereta tenga éxito. Si la patata no es adecuada para la cocción, puede quedar dura y acartonada. Escoge patatas aptas para cocer y guisar. La variedad Monalisa da muy buenos resultados, si la ves en el mercado, para la saca.El almidón de la patata y la rebanada de pan frito son suficientes para espesar la caldereta y que el caldo quede bien trabado, pero es conveniente no abusar de los líquidos y añadir la cantidad justa de agua a la olla. Recuerda que en slow cooker el líquido no se evapora durante la cocción.