Cubre el fondo de la olla (dos dedos gordos) con agua templada.

Cubre el fondo de cada molde de flan con azúcar y acércalo al fuego para que se convierta en caramelo. Si tienes placa de inducción, puedes colocar una sartén a fuego fuerte y colocar encima el molde.

Sujeta el molde con una pinza de servir para no quemarte los dedos y ve dando vueltas para que el caramelo se pegue a las paredes (solo junto al fondo). Reserva los moldes y deja que se enfríen por completo.

Saca una tira de corteza de aproximadamente medio limón (evitando la parte blanca), ponla en un cazo con la leche y caliéntala a fuego lento.

Separa las yemas de las claras de tres huevos y bate las yemas junto a un huevo entero y las ocho cucharadas de azúcar hasta que obtengas una crema suave.

Ve añadiendo la leche caliente poco a poco en la crema de huevo y azúcar sin dejar de remover hasta que esté mezclada por completo.

Vierte la mezcla en cuatro flaneras pasándola con un colador.

Cubre los moldes de flan con papel de cocina metálico y colócalos en la olla. Cuece los flanes a olla tapada durante aproximadamente dos horas en ALTA.

El tiempo de cocción es orientativo: comprueba la cocción a la hora y media. Los flanes deben estar cuajados pero no solidificados del todo para que queden con una textura delicada. Aunque se vean cremosos, con el enfriado se solidificarán. Deja que se enfríen por completo fuera de la olla y refrigera antes de servir.