Lava las naranjas en profundidad y sécalas bien. Pela las naranjas y reserva la piel.

Corta la piel en juliana muy fina, tienen que quedar bastoncillos finos de no más de 3 cm de largo.

Prepara un cazo con agua y ponlo al fuego hasta que hierva. Entonces vuelca las pieles cortadas y deja que hiervan durante dos minutos. Cuela, elimina el agua y vuelve a hacer esto dos veces más cambiando el agua. De esta manera eliminamos el exceso de amargor de la parte blanca. Reserva las pieles blanqueadas y bien escurridas.

Elimina toda la piel blanca que haya quedado en las naranjas y trocéalas, intentando recuperar el zumo que salga al trocearlas.

Exprime el limón y reserva el zumo.

Pon la pulpa de naranja troceada, las pieles blanqueadas, el zumo de limón y el azúcar en el slow cooker, remueve y programa 8 horas en BAJA.

Pasado ese tiempo, observarás que aunque la fruta está bien cocida, la mermelada aún está muy líquida. Cocina entre dos y tres horas en ALTA sin la tapa. De esta manera la mermelada irá reduciendo al eliminar la condensación.

Da vueltas cada media hora poniendo atención a los bordes y vigila el punto de la mermelada, ten en cuenta que cuando se enfríe espesará aún más y si no tiene suficiente líquido se endurecerá. Cuando tenga el punto deseado, apaga el fuego y deja que se enfríe dentro de la olla.