Potaje de garbanzos con bacalao

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Desala el bacalao poniéndolo en remojo durante 24 horas. Cambia tres veces el agua (cada 8 horas).
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Pon los garbanzos en remojo con agua tibia durante 12 horas. Pasado ese tiempo, escurre y elimina el agua de remojo.
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Cuece los huevos. Pon a calentar un cazo con agua y sal. Cuando rompa a hervir, desliza los huevos en el agua con una cuchara (para que no se rompan ni te salpique el agua caliente) y cuece durante 15 minutos a fuego vivo. Escurre, deja enfriar por completo y reserva.

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Pon los garbanzos remojados, la cabeza de ajos entera cortada por la mitad, dos cucharadas de aceite de oliva, un poco de sal y una hoja de laurel en el slow cooker. Cubre con agua (2 cm por encima de los garbanzos) y cocina durante 10 horas en ALTA sin abrir la olla en ningún momento.
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Una vez cocidos los garbanzos, agrega las espinacas a la olla caliente, tapa y deja que se cocinen durante 30 minutos en ALTA.
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Pica la cebolla y los dos dientes de ajo en trozos muy finos.
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Prepara una sartén con dos cucharadas de aceite y ponla al fuego. Pocha el ajo picado durante dos minutos, añade la cebolla y deja que se cocine hasta que esté transparente.
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Incorpora el pimentón, retira del fuego y remueve bien. Vuelca este sofrito en la olla.
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Pica los huevos duros y reserva.
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Añade el bacalao y apaga la olla lenta. Tapa y deja que se cocine con el calor residual durante 10 minutos. Pasado ese tiempo, prueba y rectifica de sal.
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Incorpora el huevo picado y el perejil. Mueve la olla o remueve suavemente con un cucharón hasta que se mezcle. Deja que asiente durante 15 minutos antes de servir.