Abre los pimientos choriceros y elimina las semillas y el pedúnculo. Recupera toda la piel, también la que se haya podido romper, y ponla en el fondo del slow cooker. Los choriceros se hidratarán durante la cocción.
Lava los tomates, sécalos e introdúcelos enteros en el slow cooker.
Pon la cabeza de ajos entera sobre los tomates.
Cocina durante 4 horas en ALTA o hasta que los tomates estén asados.
Deja templar dentro del slow cooker. Elimina la piel y el pedúnculo de los tomates antes de que se enfríen.
Saca la carne de los pimientos choriceros y elimina la piel.
Separa los ajos y presiona para sacar la pulpa asada.
Fríe el pan en una sartén con aceite de oliva hasta que se dore por los dos lados.
Tritura los frutos secos en un robot de cocina hasta que queden como arena. Incorpora el pan troceado y vuelve a triturar. Añade los tomates, la pulpa de ajo asada y la carne de pimiento choricero. Tritura de nuevo hasta obtener una salsa cremosa de color ligeramente anaranjado.
Incorpora 1 cucharada de aceite de oliva, 1 cucharada de vinagre, sal y pimienta al gusto. Mezcla, prueba y rectifica el punto de sal.
Recomendaciones
Utiliza tomates de temporada que estén muy maduros y que tengan sabor a tomate. Cuanto mejor sea su calidad, más te chuparás los dedos con esta salsa romesco.Haz la salsa cuando vayas a usarla, durará un máximo de cinco días conservada en un tarro con tapa en el frigorífico. Si ves que te va a sobrar, puedes congelarla en el mismo tarro. Para regenerarla, solo debes dejar que se descongele lentamente en el frigorífico y mezclarla enérgicamente con una cucharilla para que quede homogénea de nuevo.