Pon dos dedos de agua en el slow cooker y caliéntala en ALTA hasta que el agua alcance una temperatura por debajo de los 45º.

Limpia la fruta y sécala. Elimina la piel y el corazón de las frutas que los tengan. Si vas a usar fresas, quita las hojas y déjalas enteras. Para otras frutas, como los plátanos o la manzana, trocea la fruta. Si usas fruta de la pasión, corta por la mitad y extrae la pulpa y semillas.

Coloca la fruta en un recipiente (cada fruta por separado) y cocínala durante 30 segundos en el microondas a máxima potencia. Aplasta las fresas calientes con un tenedor para separarlas en trozos. En el caso de la fruta de la pasión o maracuyá, pásala por el microondas durante 15 segundos, ya que de lo contrario las semillas se pondrán negras y duras.

Calienta la leche en un cazo a 45º, añade el yogur y remueve hasta que se disuelva por completo. Si quieres endulzar tu yogur, añade una cucharada de azúcar glass.

Coloca una cucharada rasa de fruta en cada tarrito, vierte la leche encima y remueve con una cucharilla. Tapa los tarros y colócalos en la crock pot cuando el agua esté a 45º. Puedes montar los recipientes unos sobre otros siempre que queden bien nivelados. Apaga y desenchufa el slow cooker, pon la tapa y cubre la olla lenta con una toalla para que conserve el calor residual. Deja reposar durante toda la noche o unas 8-10 horas en un lugar cálido.