Trocea el chocolate y ponlo a fundir en un slow cooker pequeño con la nata y la mantequilla.
Cocina durante 30 minutos o hasta que el chocolate empiece a estar blando.
Añade un pizca de sal y mezcla la nata y el chocolate fundido con una varilla hasta que quede una crema homogénea. Desenchufa el slow cooker y saca el recipiente de la carcasa. Incorpora la yema y mezcla por completo con las varillas.
Ralla la naranja con un rallador fino, con cuidado de no rallar la parte blanca. Incorpora la ralladura al chocolate y mezcla.
Vierte la mezcla en un recipiente de vidrio con tapa y refrigera durante 4 horas o hasta que quede sólido.
Prepara un plato con cacao en polvo.
Saca bolitas de masa con una cucharilla, dales forma con rapidez y pásalas por el cacao eliminando el exceso.
Coloca cada trufa sobre una cápsula y guárdalas en frío. Consúmelas en un plazo de 3 días.
Recomendaciones
Recomiendo guardar estas trufas en frío. La razón es que llevan nata y yema de huevo en su composición, ingredientes que deben ser tratados con cuidado para evitar intoxicaciones alimentarias. Las trufas se pueden incluso congelar, de manera que si haces más de las que te vas a comer en unos días, puedes congelarlas sin problema. Luego bastará con sacarlas 30 minutos antes para que se atemperen y estarán listas para comer.Es conveniente utilizar un slow cooker de pequeño tamaño –entre 1,5 y 2,4 litros de capacidad– para fundir el chocolate.